viernes, 13 de octubre de 2017

CRÓNICAS DE LA ALAMEDA DESAPARECIDA ( 1 )

Si tuviéramos que escribir un recopilatorio sobre la vida cotidiana de la Alameda de Hércules desde, cuando menos, el comienzo de la década de los sesenta hasta principios de los noventa, que es el período que principalmente abarca el objeto de este blog, habría material para escribir un enorme vademecum. Labor casi imposible de realizar. Pese a los inconvenientes, hace dos años que publicamos un recopilatorio que expusimos en este portal con una primera parte sobre ello:


Desde aquel tiempo hasta hoy, hemos seguido haciendo acopio de materia como para continuar la obra sobre aquella Alameda, la cual consideramos nunca volvió a ser la misma de la de antes; esa globalización que ahora se acepta y de la que apenas se habla, que acabó por matar aquel "gusanillo de la tranquilidad" que tuvo Sevilla hasta hará poco más de dos décadas. Ahora, un sinfin de rostros de cualquier lugar, a cualquier hora, ocupan el protagonismo de ese espacio conocido por la Alameda de HérculesCamino, estorbado entre la gente que en todos los sentidos cruzan el bulevar. Las calles adyacentes se hacinan de coches, motos y bicicletas. Por fin, encuentro un espacio para el asiento, enciendo un cigarrillo y, expuesto a que los desconocidos irrumpan mi rincón de paz pidiéndome tabaco, descanso la mirada más allá de la Casa de las Sirenas....

Es la confluencia de la esquina de la calle Lumbreras y Alameda ( ahora Mastín ), donde se ubica ese mamotreto de edificio, la Jefatura de Policía, hombre. En el 2006 lo colocaron para rellenar un solar que durante muchos años careció de una utilidad concreta pero que sirvió para todo. Hablamos de un espacio que a partir de finales del siglo XIX albergó también otra Comisaría - Cuartel. En los primeros días de la Guerra Civil, un bando de Queipo de Llano instó a los sevillanos a depositar sus armas en aquel edificio. Parece ser que la Alameda de Hércules, en sí no fue un foco muy importante de resistencia ante los sublevados, sobre todo si lo comparamos con la cercana zona de San Julián o el Pumarejo, por poner un ejemplo. Sin embargo, en los primeros días del Alzamiento, las tropas republicanas intentaron resistir a los nacionales de manera infructuosa, en aquel Cuartel de la Guardia de Asalto.   

No obstante, la Alameda, que casi siempre había sido un espacio deprimido y obrero, a tenor de su amplitud sirvió de plataforma aglutinadora de la masa social que protestaba. Abajo, dos manifestaciones, en 1915 y 1922. Fuente de prensa: periódico "Mundo Gráfico": 


Un vecino de la Alameda, Antonio Fernández García, recordaba hace años que "el antiguo Cuartel de la Policía Armada tenía un edificio de dos plantas, esquina a la calle Lumbreras, perfectamente en línea con el resto de las aceras de ambos lados, más un adosado a dos aguas de un techo, propio de un garaje, con una salida trasera a la calle Juan de Oviedo, que casi lindaba con el Corral de Esquivel". La siguiente imagen que podría tener medio siglo, nos enseña el edificio por la entrada principal Lumbreras - Alameda:
En la Postguerra, la Alameda de Hércules pasó una etapa de decadencia. Pero el Cuartel continuó ubicado en aquel sitio estratégico, controlando asuntos como la prostitución y la delincuencia. Abajo, vemos una fotografía aérea que muestra la alineación del Cuartel, Corral de Esquivel y Casa de Las Sirenas (aún con muchos elementos conservados), en el año 1944:

En 1965-66, la nueva Comisaría de Policía de la Gavidia - Concordia, pasó a sustituir las funciones del singular edificio de la Alameda; sin embargo, posteriormente, el viejo Cuartel se utilizó para albergar a familias humildes que esperaban la inminente ocupación de las recientes viviendas del Polígono Norte, hasta que se comenzó a demolir el 30 de noviembre de 1973:
En el resto de la década de los 70 y hasta casi mediados de los 80, el solar resultante del derribo del Cuartel sirvió para usos diversos, pero principalmente valió como almacén y venta de material sobrante y de chatarra. La siguiente visión cenital nos enseña -enmarcado en rojo- el estado en que se encontraba el resto del edificio, del que sólo se conservaba la tapia del perímetro y el Corral de Esquivel junto a la construcción donde se encontraba el concesionario de Automóviles Maraver. También es visible el solar que luego fue ocupado por parte del número 11 de la calle Becas. La fotografía pertenece al mes de agosto del año 1982:  
Sobre 1985 u 86, el solar en cuestión pasó a ser utilizado como campo de deportes preeminentemente, adecentandose las tapias y estableciendose varias pistas de futbito ( clickear en la imagen para ampliarla, se ven las porterías ). Algunos institutos y colegios cercanos al lugar, como el del conocido entonces Centro de Estudios Julio César, llegó a usar las instalaciones para juegos. La perspectiva nos expone un descampado de albero a todo color en septiembre del 85, el Corral de Esquivel, y, de nuevo, La Casa de Las Sirenas en la situación de abandono en que habitualmente se encontraba. Y más abajo, la entrada al recinto, ya en 1990:

Tras servir como lugar de salida de Reyes Magos y otros peculiares menesteres, este viejo paquete de suelo volvió a encontrarse con su antiguo destino: el de Comisaría, algo que se cristalizó en 2006. Era la puntilla que casi finiquitaba los restos evocadores de una antigua Alameda que no volverá: la del Rey de los Caramelos, el kiosko de los anticonceptivos prohibidos, o el Corral de Esquivel con aquel travesti sentado en la puerta, muy cerquita del antiguo cuartel. Pero todas esas cosas han pasado a ser parte de historias que sucedieron hace años y que habrá tiempo para contarlas en tu portal de sevilladesaparecida.com.

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