viernes, 13 de octubre de 2017

LA PILA DEL PATO, UNA FUENTE ITINERANTE

La fuente conocida popularmente como la pila del pato, puede encontrarse entre la lista de surtidores de nuestra ciudad que más caminos han recorrido hasta nuestros días. Nada menos que cinco ubicaciones diferentes conoció la popular fuente, a través de una larguísima vida que ya supera los doscientos años. A pesar de todo, la fuente sufrió los avatares originados tanto por el vandalismo callejero como por la dejadez municipal, hechos prominentes que comenzaron en la transición española y que finalizaron hace realmente pocos años en lo referente al destino de la fuente.

En torno a 1833 se realizó una fuente para ubicarla en sustitución de la fuente de Mercurio, de Bartolomé Morel (entre otros autores), que se encontraba, al igual que ahora, en la Plaza de San Francisco. Hasta 1885 ( o 1850, según otras fuentes, tal vez menos fiables ) duró el primer asentamiento de la pila del pato -rehubicado en torno a 1865 hacia el centro de la plaza-surtidor rematado con un pato de bronce, cuya procedencia aún no está clara del todo, ya que la fragmentación decorativa de su composición incluye también elementos renacentistas: decoraciones en el vástago abalaustrado, imágenes zoomorfas en los surtidores, gallones y el pato de bronce, sospechándose por tanto que la fuente pudiera incluir algunos elemenos de la primera fuente de Mercurio. Domínguez Bécquer, recogió en pintura la pila del pato en su óleo La Plaza de San Francisco durante la procesión de la cofradía de Pasión -1853-; no sin antes haberla dibujado FJ Parcerisa, en 1850. En 1862, Charles Clifford sería el primero en fotografiar el surtidor, tal y como nos muestra la imagen de arriba.

Como dijimos, posiblemente, en 1885 la pila del pato volvió a establecerse en otro lugar, concretamente en la Alameda de Hércules, quizás al final de donde están las columnas de los leones. Como posible comprobación nos sirven extractos de dos planos de la ciudad: el plano taquimétrico de 1890 (1) y el de Antonio de Padura y Manuel de la Vega-Campuzano, de 1891 (2): en ambos apreciamos, entre las columnas, una taza redonda, la cual pudiera ser, sin afirmarlo, la fuente en cuestión. Lo que sí parece seguro, es que el surtidor fue colocado algo más al noroeste de los leones, donde actualmente se hallan las estatuas de la Niña de los peines, Manolo Caracol y Chicuelo (3):

En 1953, la colocación siguiente de la fuente viajante, fue justo enfrente a los Jardines de Murillo, ubicándose donde actualmente se encuentran los primitivos juzgados, pero que fueron comenzados a construir en 1966, motivo que precipitó la marcha del surtidor a su actual emplazamiento: la Plaza de San Leandro, lugar en el que cumplirá próximamente medio siglo desde el último traslado. Como es de suponer, la pila tuvo muchos patos distintos a lo largo de su existencia. Su estructura, también fue muy retocada, debido principalmente no sólo a las obras de los traslados, sino a los actos de barbarie, entre los que no puede faltar el habitual grafitti. Es justo resaltar la labor hecha durante los mandatos en la Alcaldía de Sevilla , tanto de Alejandro Rojas Marcos como de Soledad Becerrill, quienes restauraron la fuente así como las canalizaciones del agua.

La Pila del Pato en la década de los 80. La Plaza de San Leandro, por aquel entonces, era un  plácido lugar, donde se hicieron famosas las reuniones de los heavys, todo ello, dentro de un ambiente bohemio, autóctono y liberal que nada tenía que envidiar a sitios como la Puerta Real o la Alameda. Actualmente, la plaza sigue con su encanto, pero está perdiendo su escaso espacio libre debido a la política del Alcalde actual, que, al igual que el anterior, otorgan a los bares más sitio para que éstos coloquen veladores.






No hay comentarios:

Publicar un comentario