viernes, 13 de octubre de 2017

EL CINE FLORIDA, EN MENÉNDEZ PELAYO

Uno de los lugares que más me han atraido para pasear en Sevilla, es el largo hilo en que están ensartadas las calles Recaredo y Menéndez Pelayo, cuya perspectiva nos puede ofrecer aún cierto sabor de principios / mediados del siglo pasado. Hablar sobre la Historia de este largo trayecto, bien podría ocupar un libro entero, mas no es ese nuestro propósito, puesto que, en cualquier caso, pretendemos centrarnos en el Cine Florida, lugar de recuerdos de la niñez de muchos sevillanos.

Tras el paso por la preciosa fachada del Colegio Santo Tomás de Aquino, o la antigua Escuela Normal de Magisterio, en esa acera, llegas a los Negritos con San Roque a tu izquierda. Pese a la ancha acera, el carril bici pretende decirte que la época que vivimos es mala para el sosiego, pero no le quita a uno el regusto que todavía impregna el sitio. Pasando el Pasaje de Zamora.....


Fue hace muchos años, allá por los veinte, donde hubo un viejo cine Florida que, gestionado por la empresa de Manuel Berlanga Puerto, que fue luego, durante la posguerra, una de las salas más importantes de la ciudad, sobresaliendo la cartelera de estrenos y posteriormente reestrenos. Ante la masiva afluencia de público -algo normal en los cines de entonces-, el Florida fue sometido a una reforma, en 1941, que incluyó entre otras novedades 900 sillas realizadas y tapizadas en el taller que el propietario poseía en la Plaza de Menjíbar.


El Florida debió ser una empresa exitosa, puesto que en 1945, el monopolio Jiménez Trujillo, que también explotaba el Pathé y el Bécquer, adquirió el cine , eso sí, derribando el anterior. Tuvo que ser el arquitecto de la Estación de Autobuses del Prado, Rodrigo Medina Benjumea, quien se encargara de la nueva reforma.  El 18 de noviembre de aquel año 45, reabrió el nuevo cine con una proyección distribuida por Cifesa:


En aquella época se alternaba el culto tanto al celuloide del Star System de Holywood como al cine nacional, destacando en esta última escena, actores y actrices como Rubén Rojo, Jorge Mistral, Alfredo Mayo, Aurora Bautista....al igual que protagonistas de nuestro folkore, como Lola Flores, Antonio Molina o Juanita Reina.


Otra nueva reforma sufriría el Florida, allá por 1965, que dejó al cine con 768 butacas y una maravillosa vista exterior, en la que, para publicitar cada película, se colocaba la hermosa cartelería dibujada por el muralista Antonio Hidalgo, quien por aquellas fechas poseía su taller en una carpintería situada en los bajos de aquella sala, antes de establecerse en Espinosa y Cárcel. Cuando era un niño, siempre me impresionaron y fascinaron aquellos paneles de enormes carteles; eran, al fin y al cabo, porciones de aquel mundo del Cine que se perdieron en algún lugar de la dejadez, frialdad e interés de los políticos de turno. 

El hecho de que a principios de los 80 el Florida se convirtiera en Multicines de tres salas, fue el preludio de que las cosas no marchaban bien, hasta que se dio el carpetazo definitivo allá por el 95 o el 96. Hoy en día, al pasar por donde estaba el cine, vemos un lugar abandonado, que tras haber cerrado el Florida pasó a ser espacio de al menos un par de negocios, tal vez fracasados, abandonados. Da la sensación como que allí falta algo que estuvo antes:


De todas formas, queremos cerrar esta entrada con lo bonito, intentando plasmar para el recuerdo, aquello que fue obra de arte para el transeunte, que es la imagen que desde pequeño me quedó para siempre; algo, repetimos, que no se debió jamás, jamás, perder....



1 comentario: