Hubo un tiempo en que en la historia cotidiana de nuestra ciudad los cines tuvieron un protagonismo acorde a la época que se vivió: lugares de diversión y encuentro familiar y tradicional que llegaron a formar parte de nuestras vidas.
De una manera más formal, matizamos que en torno a 1967 o 1968, los cines comenzaron un lento declive, motivado en principio por la expansión de la televisión, a lo que posteriormente se unió la llegada del video, ya en los ochenta; figurando entre los primeros grandes damnificados los cines estivales.
Los años sesenta aún significaron momentos de pujanza en la cinematografía sevillana, pues la cartelera, ciñéndonos a los cines de invierno, ofrecía lugares como el Rialto, Apolo, Florida, Palacio Central, Pathé, Bécquer, Lux, San Vicente, Fantasio, Coliseo, Cervantes, Astoria, Los Remedios, y un largo etcétera. Empresas como la Sánchez-Ramade, o la de Agustín Jiménez, entre otras, gestionaban y mantenían a primerísimo nivel sus salas de estreno y reestreno. Dentro de aquel contexto, también habría que hablar de la empresa Sosa-Prederoni, con su gerente Roberto Prevedoni, propietaria de cines como el Rex, Apolo, Fantasio, Azul, mas el Regina, lugar éste que desde 1960 hasta 1996 conoció distintas épocas de la vida de la ciudad.
El 7 de octubre de 1960, en un acto revestido de brillantez, se produjo la inauguración del Cine Regina, situado en la calle Jerónimo Hernández 19 y obra del arquitecto Ricardo Espiau Suárez de la Viesca, autor dos años antes
En un principio, el Regina llegó a ser la sala con mayor aforo y modernidad de la ciudad, ya que disponía de 1.100 localidades, todas ellas distanciadas adecuadamente unas de otras; la pantalla era de cinemascope y la maquinaria en cabina de cine era una Western Electric.
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Distinguiendo entre los cines de estreno y de reestreno, la esta céntrica sala durante mucho tiempo se acogió a la primera opción, aunque alternó también con la segunda, proyectándose cintas clásicas y menos clásicas, nacionales e internacionales de muchos de los subgénerosm como La gran evasión, Ben Hur, La Bilbia, el jardín del diablo, Diamantes para la eternidad, Los tres mosqueteros, Grease, Las brujas de Eastwiyck, etc.
Como hemos repetido, la gran crisis que acabó con la mayoría de los tradicionales cines invernales, en un principio no pudo con el Regina, ya que éste se mantivo principalmente proyectando reestrenos hasta su defunción en 1996, tiempo en que, de los clásicos, quedaban sólo el Fantasio, Delicias, Bécquer, Rialto y Florida ( estos dos últimos transformados en multicines ), sin olvidar al Cristina, también multicines.
Hace años que en el lugar del Cine Regina se colocó una superficie comercial dedicada a la alimentación. Ni siquiera las calles Jerónimo Hernández y Regina volvieron a tener la misma vida y colorido que tuvieron en los días de entre semana hace mucho tiempo, añorándose también la tranquilidad en aquellos domingos por las tardes de hace más de 20 años. Eran los tiempos de los Muebles Garrido, Calzados Ciclón, Droguería Isan, la zapatería de Camilo, Casa Noval, el Cine Regina...
Un muy digno comentario y muy gráfico lo que quiere decir. Felicidades por él.
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