viernes, 13 de octubre de 2017

LA VIRGEN DE LA LUNA, DE AGUSTÍN SÁNCHEZ CID

Agustín Sánchez-Cid , sevillano (1886-1955), fue uno de los escultores e imagineros más importantes del siglo XX. Doctor y poseedor de la Cátedra de Anatomía de Bellas Artes de Sevilla. Llegó a presidir el Excelentísimo Ateneo sevillano, llegando a salir en una ocasión en la Cabalgata de Reyes Magos. También ejerció magisterio en la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría. Por sus reconocidos méritos la Real Academia Hispalense de Bellas Artes le otorgó plaza de miembro numerario. 

De la escuela de Joaquín Bilbao, la producción artística de Agustín alcanzó un elevado prestigio: entre sus obras, destacan la estatua de Martínez Montañés (c.1924) colocada en la Plaza del  Salvador, el Santo Crucifijo de San Angustín para la Parroquia de San Roque, en 1938; o Nuestro Padre Jesús Cautivo de la Capilla de San José. También realizó la estatua de Garci Pérez de Vargas (1924) como parte del grupo escultural que forma el pedestal del monumento al Rey San Fernando, en la Plaza Nueva. Como restaurador, en la década de los 40, participó nada menos que en la restauración del Santísimo Cristo de la Fundación (Hermandad de Los Negritos), Santísimo Cristo del Calvario (Hermandad de El Calvario), Nuestro Padre Jesús Nazareno (Hermandad de El Silencio), y Santísimo Cristo de la Expiración (Hermandad de El Cachorro).

Abajo, imagen de un acto del Ateneo en 1951, en el desaparecido Hotel Madrid. Agustín Sánchez-Cid (enmarcado en un círculo azul), se fotografía entre otras personalidades como Juan Belmonte, Joselito el Gallo, Rafael Gómez Ortega, Joaquín Pareja Obregón, etc.



En el número 18 de la calle Escuelas Pías, antigua calle "Luna" o "de la Luna", se hallaba una finca al estilo señorial donde Agustín Sánchez-Cid residió durante muchos años y también estableció su estudio de trabajo. La imagen de abajo, es de la casa tomada en 1978, antes de su derribo algún tiempo después. Como ven, en el segundo cuerpo de la fachada se hallaba albergada en una hornacina la conocida por la "Virgen de la Luna", obra del prestigioso escultor. Bajo el criterio de la conservación de los edificios tradicionales y de los lugares de siempre, mas por su calidad arquitectónica, considero que el caserío no debió derribarse. En 1979, ya se encontraba deshabitada, cosa que aprovecharon unos maleantes para entrar y llevarse una valiosa estatua de bronce. Actualmente y en su lugar, construyeron un mamotreto sin identidad alguna que ni siquiera merece la pena colocarlo en escena.


Y ahora, vemos una imagen más cercana de la Virgen de la Luna en su pedestal, estatua de una magnífica belleza plástica, apreciándose la técnica de paños mojados y un pulido finísimo. La casa, creemos que se tuvo que conservar y no derribar, manteniénose además la imagen de la Virgen en su hornacina:


Hurgando en las hemerotecas, cuando creíamos que no se sabía nada de la imagen mariana, nos pudimos enterar que la estatua fue trasladada a la entonces restaurada casa número 1 de la céntrica calle Mesón del Moro, en 1982. La casa está catalogada como "Arquitectura Civil Sevillana", con dos plantas, fachada avitolada y ático con vanos separados por columnas toscanas. La fábrica fue adquirida por la Asociación de Exportadores de Aceitunas de Mesa (ACEMESA), encargada de su restauración. Dicha casa, perteneció en principio al Cabildo Catedralicio, por lo que en la parte alta de la fachada aparece una Giralda en miniatura, enmarcada. En 1903 pasó a manos de la condesa-duquesa de Benavente. Posteriormente sufrió un perído de dejadez hasta que se aplicó su restauración. Pero lo que nos atañe a nosotros, es que se conserva, al parecer, en el portal de la entrada y en otra hornacina distinta, la Virgen de la Luna; eso nos congratula, aunque también nos hubiera gustado que la escultura hubiera permanecido en la casa de Sánchez-Cid y que ésta no hubiese sido jamás demolida.



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