El Hispano - Villasol, diríamos que se podría encontrar en una hipotética segunda ola de los cines de verano sevillanos de la Alameda; teniendo en cuenta que los primeros cinematográficos, mudos, estuvieron ubicados antes de la primera reforma del Bulevar acometida en tiempos del Alzamiento Nacional, la cual marcaría la configuración del lugar hasta entrado el siglo XXI.
Como decíamos, la historia de los cines que estuvieron en la Alameda podríamos dividirla en, cuando menos una etapa primitiva, que partiría desde la colocación de un pionero del cine mudo hasta 1936-37: el Alameda, pasando luego por los Vigil, y Villasol, llegando estos últimos tres a funcionar de manera paralela, hasta la llegada de las películas sonoras. Así, se cuenta que el Villaconchita pasó luego a llamarse Hispano y más adelante Español, el cual llegó a convivir hasta mediados de 1940 con el Hispano-Villasol. Normalmente, aquellas pantallas de cine mudo solían ser colocadas por los mismos kioskos. La Alameda vivió por entonces su propio universo, con las Murgas, la Pila del Pato, los puestos de Cristales ( colocados desde 1912 ), Joselito, el flamenco....Joaquín Romero Murube ya escribió en ABC, en 1930, que durante las noches del estío posee a la Alameda la gran locura del cine, inmortalizando de forma que vemos, la cámara de Ramos Hernández, aquellas pantallas que se elevaban sobre un suelo con olor a tierra, dama de noche, verbena y a jazmín.
En pleno apogeo del cine en nuestra capital, surgen varios empresarios, entre los que destacó Ildefonso Cuesta González, poseedor de un pequeño emporio, con las bodegas Viña Sol, la zapatería El Encanto, también un par de cines de invierno: el Villa Sol, en la calle Jaúregui, y el Lumbreras, en la vía del mismo nombre, manteniéndose este último desde 1933 hasta 1941, mas el bar también llamado Villa Sol, en la Alameda, esquina a Niño Perdido. Además, Cuesta fue concejal del Ayuntamiento de Sevilla con la Delegación de Ferias y Festejos.
En 1936, el Ayuntamiento decide cambiar parte de la fisonomía de la Alameda de Hércules, de esta manera, el rectángulo quedaría dividido en tres secciones, siendo la central más larga, favoreciendo de esta forma el tráfico rodado. En 1938, se inaugura el Hispano - Villasol, emplazándose justo frente al antiguo cuartel de la Policía Armada. En la imagen de la izquierda podemos comprobar como el cine se encontraba al principio del último tramo en que se dividió el bulevar, antes de llegar a las columnas de los leones, con el cuartel a la izquierda según vemos. La fotografía es de 1943 y la Alameda entonces es una estructura empedrada, en la que aún aún sobrevivían algunos kioskos, mas otros añadidos por el Ayuntamiento, dentro de una nueva configuración que no le hizo perder el clasicismo.
En la toma cenital de aquel año 1943, apreciamos: 1) Ubicación del Cine Hispano Villasol - hoy en día frente al edificio donde está el Café Central - ; 2) Cuartel de la Policía Armada - Ocupa actualmente el edificio de la Comisaría de Policía -; 3) Pila del Pato, cuya estatua principal volvió a ser trasladada de allí en 1942. Por último, en un círculo las columnas de los leones, mientras que las dos rayitas rojas indican la división transversal del bulevar en aquel lugar.
Tiempos en que, se diga lo que se diga, existía su momento para la diversión en la noche, abundando como es sabido las salas fílmicas estivales. Incluso, en las cercanías a la Alameda, podían verse películas en cine Ideal, o tomarse algo en bares como el Eneka, el de Caballero Chacón, el bar Los Molinos, la Bodega Cornejo, el bar de Manuel Noria Suárez, etc; todo ello, sin olvidar la Peña taurina, deportiva, o el mismo Casino Ferroviario. Abajo, publicidad de la época, en la que se incluye el Cine Hispano Villasol.
Las informaciones que manejamos, nos indican que a finales de los 40 la empresa del señor Cuesta, popietaria del Cine Hispano - Villasol de la Alameda, estableció otra sala de verano, que se hallaba concretamente en lo que entonces se conoció como el callejón de Santa Isabel ( hoy callejón de Sierra Nevada ), al que se llamó Cine Capitol, que sustituyó de esta forma el nombre del que fue Cine Recaredo, una de las primeras instalaciones cinematográficas estivales de la Postguerra, que posteriormente, ya entrados los 50, volvió de nuevo con este nombre. En Sevilla, continuaron los cines de verano, pero lo cierto es que en la Alameda ya no volvió a instalarse ninguno más al estilo clásico. En el bulevar donde estaba el cine, el Ayuntamiento colocó un estanque en 1950, reconvertido en Jardín a finales de los 60, que duró, ya seco, hasta la última remodelación de la Alameda y que aún permanece en los recuerdos de muchos sevillanos.
Hasta aquí, sevilladesaparecida llega al final del verano, sin abandonar el hilo de aquellos cines estivales, en espera de publicar próximos proyectos aún en preparación, siempre intentando acercarse a la originalidad y personalidad de la Sevilla Desaparecida.
Como decíamos, la historia de los cines que estuvieron en la Alameda podríamos dividirla en, cuando menos una etapa primitiva, que partiría desde la colocación de un pionero del cine mudo hasta 1936-37: el Alameda, pasando luego por los Vigil, y Villasol, llegando estos últimos tres a funcionar de manera paralela, hasta la llegada de las películas sonoras. Así, se cuenta que el Villaconchita pasó luego a llamarse Hispano y más adelante Español, el cual llegó a convivir hasta mediados de 1940 con el Hispano-Villasol. Normalmente, aquellas pantallas de cine mudo solían ser colocadas por los mismos kioskos. La Alameda vivió por entonces su propio universo, con las Murgas, la Pila del Pato, los puestos de Cristales ( colocados desde 1912 ), Joselito, el flamenco....Joaquín Romero Murube ya escribió en ABC, en 1930, que durante las noches del estío posee a la Alameda la gran locura del cine, inmortalizando de forma que vemos, la cámara de Ramos Hernández, aquellas pantallas que se elevaban sobre un suelo con olor a tierra, dama de noche, verbena y a jazmín.
En pleno apogeo del cine en nuestra capital, surgen varios empresarios, entre los que destacó Ildefonso Cuesta González, poseedor de un pequeño emporio, con las bodegas Viña Sol, la zapatería El Encanto, también un par de cines de invierno: el Villa Sol, en la calle Jaúregui, y el Lumbreras, en la vía del mismo nombre, manteniéndose este último desde 1933 hasta 1941, mas el bar también llamado Villa Sol, en la Alameda, esquina a Niño Perdido. Además, Cuesta fue concejal del Ayuntamiento de Sevilla con la Delegación de Ferias y Festejos.
En 1936, el Ayuntamiento decide cambiar parte de la fisonomía de la Alameda de Hércules, de esta manera, el rectángulo quedaría dividido en tres secciones, siendo la central más larga, favoreciendo de esta forma el tráfico rodado. En 1938, se inaugura el Hispano - Villasol, emplazándose justo frente al antiguo cuartel de la Policía Armada. En la imagen de la izquierda podemos comprobar como el cine se encontraba al principio del último tramo en que se dividió el bulevar, antes de llegar a las columnas de los leones, con el cuartel a la izquierda según vemos. La fotografía es de 1943 y la Alameda entonces es una estructura empedrada, en la que aún aún sobrevivían algunos kioskos, mas otros añadidos por el Ayuntamiento, dentro de una nueva configuración que no le hizo perder el clasicismo.
En la toma cenital de aquel año 1943, apreciamos: 1) Ubicación del Cine Hispano Villasol - hoy en día frente al edificio donde está el Café Central - ; 2) Cuartel de la Policía Armada - Ocupa actualmente el edificio de la Comisaría de Policía -; 3) Pila del Pato, cuya estatua principal volvió a ser trasladada de allí en 1942. Por último, en un círculo las columnas de los leones, mientras que las dos rayitas rojas indican la división transversal del bulevar en aquel lugar.
Tiempos en que, se diga lo que se diga, existía su momento para la diversión en la noche, abundando como es sabido las salas fílmicas estivales. Incluso, en las cercanías a la Alameda, podían verse películas en cine Ideal, o tomarse algo en bares como el Eneka, el de Caballero Chacón, el bar Los Molinos, la Bodega Cornejo, el bar de Manuel Noria Suárez, etc; todo ello, sin olvidar la Peña taurina, deportiva, o el mismo Casino Ferroviario. Abajo, publicidad de la época, en la que se incluye el Cine Hispano Villasol.
Las informaciones que manejamos, nos indican que a finales de los 40 la empresa del señor Cuesta, popietaria del Cine Hispano - Villasol de la Alameda, estableció otra sala de verano, que se hallaba concretamente en lo que entonces se conoció como el callejón de Santa Isabel ( hoy callejón de Sierra Nevada ), al que se llamó Cine Capitol, que sustituyó de esta forma el nombre del que fue Cine Recaredo, una de las primeras instalaciones cinematográficas estivales de la Postguerra, que posteriormente, ya entrados los 50, volvió de nuevo con este nombre. En Sevilla, continuaron los cines de verano, pero lo cierto es que en la Alameda ya no volvió a instalarse ninguno más al estilo clásico. En el bulevar donde estaba el cine, el Ayuntamiento colocó un estanque en 1950, reconvertido en Jardín a finales de los 60, que duró, ya seco, hasta la última remodelación de la Alameda y que aún permanece en los recuerdos de muchos sevillanos.
Hasta aquí, sevilladesaparecida llega al final del verano, sin abandonar el hilo de aquellos cines estivales, en espera de publicar próximos proyectos aún en preparación, siempre intentando acercarse a la originalidad y personalidad de la Sevilla Desaparecida.
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